El director de cine Roman Polanski es demandado por abuso sexual contra una menor

El director de cine Roman Polanski es demandado por abuso sexual contra una menor

Una mujer demandó al director Roman Polanski, alegando que la violó cuando era menor de edad en 1973.

La mujer difundió las acusaciones, que Polanski, de 90 años, ha negado, en una conferencia de prensa con su abogada, Gloria Allred, el martes.

El relato es similar a un caso de agresión sexual, aún no resuelto, en Los Ángeles que llevó a Polanski a huir rumbo a Europa en 1978, donde ha permanecido desde entonces.

La mujer que presentó la demanda civil dijo que fue a cenar con Polanski, quien sabía que ella era menor de 18 años, en 1973, meses después de haberlo conocido en una fiesta. Dijo que tomó tequila en la casa del director previo a la cena y en el restaurante.

Señaló que se sintió aturdida y Polanski la llevó en auto de vuelta a la casa de él. Luego recuerda estar acostada junto a él en su cama.

“Él le dijo que quería tener relaciones sexuales con ella”, dice la demanda. “La demandante, aunque aturdida, le dijo al demandado ‘No’. Ella le dijo: ‘Por favor, no hagas esto’. Él hizo caso omiso de sus súplicas. El acusado Polanski le quitó la ropa y procedió a violarla, causándole un tremendo dolor y sufrimiento físico y emocional a la demandante”.

El abogado defensor Alexander Rufus-Isaacs dijo en un correo electrónico el martes que Polanski “niega enérgicamente las acusaciones hechas en su contra en la demanda y cree que el lugar adecuado para juzgar este caso es en los tribunales”.

La demanda fue presentada en la Corte Superior de Los Ángeles en junio bajo una ley de California que permitió temporalmente presentar casos por abuso sexual de menores aún si el delito hubiera prescrito. De acuerdo con la ley, Polanski tampoco podía ser nombrado inicialmente, por lo que los medios de comunicación no informaron sobre la demanda que pide que los daños y perjuicios se determinen en un juicio.

Un juez dio después su aprobación para que la demandante nombrara al demandado en el caso. El juez fijó el viernes una fecha de juicio para 2025.

En su respuesta a la demanda, el abogado de Polanski niega todas sus acusaciones y afirma que la querella es inconstitucional porque se basa en una ley que no se aprobó hasta 1990.

El productor Humberto Gatica asegura qué no volvería a trabajar con Luis Miguel

El productor Humberto Gatica ocupa un lugar prominente y sumamente especial en el canon de la música pop.

El nacido en Rancagua, Chile, llegó de muy joven a Estados Unidos y se abrió lugar en el competido mundo de la música luchando a brazo partido. Como ingeniero de grabación musical y productor ha sido figura clave en grabaciones icónicas como la canción “We Are The World” o el disco Thriller, de Michael Jackson, dos de los más vendidos en la historia.

Con 17 Grammys bajo el brazo y un catálogo que incluye trabajo con artistas como Barbara Streisand, Hall & Oates, Andrea Bocelli y Celine Dion (con quien guarda una relación de amistad cercana), Gatica es una leyenda de la industria. Sin embargo, de todos esos artistas con quienes ha trabajado, hay uno con quien no volvería a colaborar. Y ese es el cantante Luis Miguel.

Gatica asegura que el origen de sus discrepancias con El Sol de México se remontan a una fracasada colaboración con la cantante canadiense Celine Dion que él supervisó, según contó recientemente a la periodista Patricia Janiot en el programa ¿Qué pasó con lo que pasó? (YouTube)

‘Hay un personaje que se me pidió trabajar con él y lo hice con mucho cariño”, explicó. “Ese personaje se llama Luis Miguel. Cuando se me pidió trabajar ellos estaban desesperados por hace un dueto. Era el álbum Romance. Y a mí se me ocurrió que la persona más indicada para ese proyecto era Celine Dion. Ella era número uno en todo el mundo. Y se hizo ese proyecto”.

“Había cosas que musicalmente no simpatizaban puesto que los tonos de voz eran diferentes. No eran compatibles”, explicó Gatica. “Entonces le explico a Luis: ‘Celine va a cantar’. Y me dice: ‘No sabes lo feliz que estoy, mi hermano'”.

“Y le dije: ‘Hay un problema: ese problema es que el tono de la canción que quieres que ella cante contigo que era el tema “Somos novios’ del compositor mexicano Armando Manzanero está un tono muy bajo. Entonces para poder hace eso yo voy a tener que subir el tono, tú vas a tener que recantarla de nuevo”, prosiguió. “Y Luis Miguel me dice: ‘No te preocupes, yo lo hago felizmente'”.

“Grabó Celine. Me fui a Montreal, todo mundo feliz”, acotó Gatica. “Pasaron los días y Luis Miguel me dice: ‘Hermano, no creo que pueda cantar la canción de nuevo. No tengo tiempo estoy muerto, no creo que pueda'”, afirma el ingeniero de sonido, quien también ha trabajado con Gloria Trevi.

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Nominado cuatro veces al Oscar el mexicano Rodrigo Prieto nunca a ganado un oscar

Rodrigo Prieto es uno de los cineastas más exitosos de México, pero además, por sus venas corre sangre revolucionaria que lo pone a dos grados de separación de una gran leyenda. Como si eso fuera poco, su trabajo ha sido tan valorado por Martin Scorsese que ya han hecho tres películas juntos.

Prieto era el único mexicano que competía individualmente por un premio Oscar este año. Por sí mismo, estaba nominado en la categoría de mejor cinematógrafo por ‘Killers of the Flower Moon’ (Los asesinos de la luna), su cinta con Scorsese.

El premio lo ganó Hoyte van Hoytema, de ‘Oppenheimer.’ Pero hay que recordar que este mexicano, además, fue el director de fotografía de ‘Barbie’.

En una entrevista con Yahoo Vida y Estilo antes de la ceremonia, Prieto aseguró que “la satisfacción de un trabajo hecho lo mejor posible ya está. Todo lo demás son regalos”.

Lo dijo sin la menor amargura y eso que es el único de los genios mexicanos del cine que no tiene un Oscar (en el grupo también están Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y Emmanuel ‘El Chivo’ Lubezki).

No ha sido por falta de talento o de buena compañía. Las películas anteriores por las que fue nominado son consideradas joyas de Hollywood. Se trató de ‘Brokeback Mountain’ (Secreto en la montaña) en 2005 con el director Ang Lee, y ‘Silence’ (Silencio) en 2016 y ‘The Irishman’ (El Irlandés) en 2019, ambas con Scorsese.

Para él, el reconocimiento viene de que los “maestros” del cine lo sigan escogiendo para dirigir. Se podría decir que le dan los máximos grados. Su amplio currículum incluye películas con, además de los directores ya mencionados, Spike Lee, Oliver Stone, González Iñárritu, Pedro Almodóvar y Cuarón, entre otras leyendas.

Sobre el Oscar, aseguró que no tenía expectativas. “De ellas nace la desilusión. Yo ya estoy contento de estar invitado a la fiesta”, afirmó.

Una de las principales características del trabajo de Prieto detrás de las cámaras es que él desaparece. No es como otros directores de fotografía que tienen un sello especial. “Yo pongo mi arte a servicio de la historia que estamos contando”, explicó. “Obviamente algo mío se cuela, pero no es a propósito”, confesó.

Esa posición como director de cámara es revolucionaria. Por lo general, los cinematógrafos de ese nivel sí suelen tener una impronta muy específica. Greta Gerwig, la directora de ‘Barbie’, y Margot Robbie, la productora y protagonista de la película, han coincidido en destacar la “alegría” con que Prieto aborda los proyectos, que se suma a su “increíble ojo y experiencia”.

Cumple 65 años la muñeca Barbie en el mercado

  1. La Segunda Guerra Mundial había terminado y el mundo parecía al menos desde los ojos de los vencedores luminoso y lleno de posibilidades. Así lo entendieron Elliot y Ruth Handler, un matrimonio joven que, convencido por el aire de época, intentó ganarse la vida fabricando marcos desde su casa. Él era diseñador industrial y ella había escapado de la persecución en Europa y se había ganado la vida sola desde muy joven. Ruth era la menor de diez hermanos pero una temprana enfermedad de su madre hizo que fuera criada por su hermana mayor y el marido. Tuvo varios empleos y cuando se casó con Elliot trabajaba como dactilógrafa para un estudio de Hollywood. La pareja se había casado hacía poco y con el empuje de Ruth decidieron darle un giro a su oficio. Hacía años que fabricaban marcos pero ahora los harían de plástico y de plexigras, los que les permitiría producir en serie y en materiales que eran novedosos. Montaron un pequeño taller/fábrica en el garaje de su

casa. Después de un periodo de zozobra, les comenzó a ir mejor. Empezaron, también, a fabricar algunas sillas y muebles de exteriores. Hasta que a Ruth se le ocurrió probar un mercado inexplorado. Muebles y piezas varias para las casas de muñecas que habitaban las habitaciones de la gran mayoría de las nenas norteamericanas.

Ya para ese entonces, tenían un socio Harold “Matt” Matson y la empresa era la combinación de los nombres de los hombres. La fusión de Matt y Elliot derivó en Mattel. Ruth fue nombrada presidenta de la sociedad. Al principio se trató de una formalidad, tal vez de esquivar alguna cuestión impositiva, pero fue una iniciativa de ella la que iba a convertir a Mattel en un gigante de la industria del juguete que cotizaría en bolsa.

En el medio, Matson, la otra mitad de Mattel, tuvo varios problemas de salud y algunas desavenencias con el matrimonio. Los Handler le compraron su parte y se quedaron con la totalidad de la empresa. Del socio sólo quedaría su impronta, su marca, en la mitad del nombre, en el Matt.

Barbara, o Barbie como la llamaban en su casa, solía jugar a la mamá con las típicas muñecas aniñadas que en distintos materiales animaron la infancia de muchas generaciones. También con muñecos que simulaban bebés gordinflones. Pero la hija de Elliot y Ruth también jugaba con unas figuras de papel que ella misma hacía. Eran unas chicas, posiblemente adolescentes, que ella dibujaba y hacía interactuar en situaciones diferentes. Para ello les cambiaba el atuendo constantemente y hasta les creaba accesorios en papel. Ruth propuso que Mattel hiciera muñecas de ese tipo. El razonamiento no parecía alocado: si su hija y algunas de sus amigas cuando iban de visita jugaban con eso, seguramente lo harían muchas otras niñas. Si las chicas jugaban a ser madres, también podían jugar a ocupar otros roles de la vida adulta de una mujer; Ruth insistía que la maternidad no era la única dimensión que la vida adulta le podía deparar a una mujer. A la directiva de Mattel le pareció un planteo disparatado. La idea fue rechazada de plano. Su marido le dijo que nadie compraría una muñeca que representara más edad que la dueña con la que era imposible jugar a la mamá. Y agregó otro argumento: “¿Quién va a querer que sus hijas tengan una muñeca con los pechos marcados?”.

Un Beatle quiere ser San Paul McCartney y quiere ser canonizado

Es una verdadera obsesión para Paul McCartney. Lleva décadas intentando corregir la percepción pública de que, dentro de los Beatles, el impulso vanguardista se encarnaba en John Lennon. Y maneja argumentos a su favor: a mediados de los sesenta, Paul estaba metido en el cogollo del underground londinense mientras John languidecía en su casa de la periferia burguesa. McCartney elaboró en 1967, con sus tres compinches, una pieza delirante de 14 minutos, ‘Carnival of Light’, concebida para su uso puntual en una rave psicodélica. Fue grabada año y medio antes que la famosa ‘Revolution 9′ lennoniana… y nunca publicada, para frustración de su autor: Ringo y los herederos de Lennon y George Harrison se han negado repetidamente a que ‘Carnaval of Light’ forme parte del canon de The Beatles.

Otra vía hacia la respetabilidad cool favorecida por McCartney: la instigación de proyectos que se escapan de su ocupación principal y que, a veces, se publican de extranjis. Así, sus colaboraciones con el productor Youth, bajo el nombre de The Fireman (dato quizás no trivial: un homenaje al padre de Paul, que ejerció de bombero voluntario durante las incursiones de la Luftwaffe sobre Liverpool en la Segunda Guerra Mundial). El Bombero sacó tres álbumes entre 1993 y 2008, abarcando desde nubes ambient a canciones mayormente convencionales pero con ropaje electrónico. Youth, al que conocimos como bajista de Killing

Joke, también participó en Liverpool Sound Collage (2000), donde se funden fragmentos de Paul y los Beatles con aportaciones de los galeses Super Furry Animals. Con el remezclador Freelance Hellraiser, Paul sacó Twin Freaks (2005), una docena de sus temas pasados por la picadora del mash up, la técnica de injertar una grabación preexistente en otra de distinta procedencia.

Esos divertimentos salen sin grandes alharacas, sin revelar mucho sobre el proceso de elaboración, pero con el mensaje subyacente de que, cuidado, allí está Paul investigando. Lo mismo ocurre con sus cinco discos orquestales o corales, todos editados en sellos de música clásica. A excepción del primero, el Liverpool Oratorio (1991), que destacaba en portada la participación del compositor Carl Davis, hay misterio respecto al porcentaje creativo atribuible a los auxiliares de formación sinfónica que desarrollaron y orquestaron las ocurrencias melódicas de Paul, alguien ajeno al mundo de las partituras; más de uno ha susurrado pero discretamente, para que no se moleste el beatle que también merecía figurar como coautor.

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